09 Mar Buenas noches, Blandi Monster
Ahora se le llama Slime, pero de toda la vida se le ha llamado Blandi Blub, Blandiblú o mocos verdes. La culpa de ese nombre, no el de los mocos verdes que fue cosa de la segunda parte de las Tortugas Ninja (la de Vanilla Ice ), fue de Mattel. En 1987 un genio del naming decidió adaptar el nombre de Slime (Viscoso) por el de Blandi Blub y lanzarlo en España para que los padres sufrieran las consecuencias de esa masa que parecía sacada de una peli de serie B.
Para los que hayáis salido ahora mismo de una cueva, el Blandi Blub o Slime es un material viscoso de color verde fosforescente (más adelante habrían más variantes de color) hecho de goma guar (polisacárido) y bórax (tetraborato de sodio). Su mayor diversión consistía en coger la masa verde con las manos y dejar que el peso del Blandi Blub cayera entre los dedos, eso y colocarte un pedazo debajo del agujero de la nariz simulando tener un mocarro de color radioactivo. Aunque ahora parezca algo naïf, recordemos que fuimos la generación que se divertía con una Ondamanía, (lo que venía siendo una suerte de muelle que solo servía para verlo bajar escaleras y que se enredara a la primera de cambio) motivo suficiente para que el Blandi Blub fuera un petardazo. Parte del éxito fue incluirlo en la línea de Masters del Universo formando parte del set Masa Siniestra de la colección Horda del Terror.
Aunque muchos jugáramos a poner en problemas a Skeletor y compañía con la masa verde, se echaba de menos algo, se echaban de menos personajes propios.
Mattel tenía una línea muy exitosa en Estados Unidos llamada Mad Scientist. La delirante línea la protagonizaba un científico loco (con sospechoso acento alemán) que creaba bichos, torturaba monstruos y hasta diseccionaba aliens. ¿Alguien más ha pensado en el Doctor Mengele?
Dentro de la línea Mad Scientist había un set de tres monstruos (llamados Sammy Sneeze, Billy Blecher y Oscar I-Rot) que le servían al científico loco para experimentar con sangre de alien. Para hacerlo los rellenaba con ella y los apretaba hasta que la escupieran por la nariz, boca y ojos (¡¡!!). ¿Alguien más ha pensado en Expediente X? Huelga decir que esta Alien Blood no era otra cosa que Blandi Blub que brillaba en la oscuridad.
Muy a nuestro pesar (y aún no entiendo los motivos comerciales) Mattel no exportó esta demente línea a España. Aunque nos quedáramos sin diseccionar aliens y torturar criaturas, sí que pudimos «disfrutar» de la línea de los tres monstruos, que la conocimos aquí como los Blandi Monster.
Mattel adaptó el nombre haciendo un juego de palabras entre Blandi Blub y Monster y simplificó el packaging a la cutrez y pereza máxima. Reaprovechó los muñecos de goma de los monstruos, cambió la sangre de alien por el Blandi Blub de toda la vida (rediseñando la pegatina exterior) y a correr. Lo peor de todo fue la adaptación del nombre de los monstruos. En otro ejemplo de naming perezoso decidieron sustituir a Sammy, Billy y Oscar por… Mr. Mik, Mr. Mok y Mr. Muk, y si llega a haber otro habría sido Mr. Mek. ¡Pero que sabíamos nosotros entonces!
No sé si vosotros tuvisteis un Blandi Monster pero yo sí y los disfruté a tope. Vomitaron Blandi Blub por sus orificios como si no hubiera un mañana. Pero por entonces no sabía lo que era el karma, y que jugar a Dios con unos pobres monstruos no está bien. Pagué mis consecuencias al querer limpiar el Blandi Blub, porque se ensuciaba con solo mirarlo. Así que hice lo propio y lo metí debajo del grifo y no, aún no actuaría el karma, ya que lo limpié como si fuera un hámster, acariciándolo con las manos para sacarle toda la roña. Y al secarlo es cuando aprendí que torturar a un monstruo no está bien, que los malos actos te vienen de vuelta, y también aprendí que secar una masa verde medio líquida con una toalla no fue la mejor de las ideas. A mi madre tampoco se lo pareció.
Anónimo
Posted at 09:26h, 10 marzoPuaj!