Máximo Club Megatrix (1997)

En este muñeco del personaje del Club Megatrix se encuentran dos de mis pasiones: Jim Henson y la cultura pop nacional.

Desde pequeño que me gustan las marionetas. Por aquel entonces eran los Aurones y Fraguel Rock, más adelante fueron los Teleñecos y ahora es todo lo relacionado con Jim Henson. Mi pasión por Henson me ha hecho cogerle más cariño a todos aquellos muñecos o, como muy bien les llama Miguel Herrero, Telemuñecos, que me acompañaron en la infancia: Pepe Soplillo, Macario, Espinete, Topo Gigio o, el que nos ocupa en esta entrada, Máximo.

Máximo se estrenó en el Club Megatrix en el año 1995 con un segmento de su propia serie llamada, con mucha originalidad, «Las aventuras de Máximo». En ella contaban cómo la nave de este alienígena era absorvida por un agujero negro, yendo a parar a un ático del centro de Madrid (suerte que por entonces no habían tantos pisos turísticos, sino imaginad el percal). El resto ya os lo podéis imaginar: unos niños lo ocultaban a la sociedad y a cambio Máximo les llevaba de aventuras educativas por nuestro planeta. Nada que Mi amigo Mac y Doraemon no hubieran inventado ya. Si os soy sincero, de la serie no me acuerdo de nada, pero sí del bicho en cuestión ya que era, comparado a los niños, enorme.

Al igual que el Hugo del concurso Hugolandia presentado por -sigh!- Beatriz Rico, Máximo era un animatrónic controlado desde el interior del muñeco. Su creador es Juan Serrano y Carlos Viaga le ponía voz. Según un famoso vídeo de un cosplayer de Máximo en Expotaku 2012 la serie empezó siendo un exploit del Doctor Who para acabar convirtiéndose en un sucedáneo de Alf. En 1996 Antena 3 decidió reestructurar el Club Megatrix fulminando al pobre Máximo, no sin antes convertirlo en cantante, jurado de un concurso y muñeco.

Apenas he encontrado información sobre este muñeco en cuestión, solo que fue fabricado por la empresa alicantina Famosa (las de las muñecas que se dirigen al portal). Observándolo detenidamente, el muñeco de Máximo recuerda a un Nenuco, uno con la cara del hijo bastardo de Yoda y asiduo a la ruta del Bakalao. Cuando digo que recuerda a un Nenuco, me refiero en material y estructura, ya que el muñeco es de un tamaño considerable, muy bien esculpido y, al igual que una muñeca, la ropita es de quita y pon (por si te da por coserle un traje de faralaes al pobre bicho).

Sea como fuere, este muñeco es la prueba de la existencia de este personaje olvidado, pero que algunos cosplayers y coleccionistas de todo lo relacionado con la Nostalgia Pop cañí no dejaremos que caiga en el olvido. Y sino, siempre podemos invocar a la mega bola:

«¡Zena Sei Via Mats Ledai Leirgain Tame!»

 

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