14 Ene Brain Dead 13 (1995)
A 1995 le debo dos de mis alegrías gamer, el primer Worms -el juego al que más me he viciado junto al PC Fútbol 5– y el inexplicablemente olvidado Brain Dead 13.
Mientras que Dragon’s Lair y Space Ace perduran en el recuerdo de varias generaciones este juego de ReadySoft pasó sin pena ni gloria -sobretodo en nuestro país-. Al igual que los juegos diseñados por Don Bluth, Brain Dead 13 es una aventura interactiva de dibujos animados donde el jugador tendrá que escoger el destino del protagonista mediante los botones de las flechas y el espacio del teclado.
Lo que lo diferencia de los juegos anteriores es la cierta «libertad» de movimiento pudiendo volver atrás para escoger varios caminos y no solo una pantalla tras otra. Para añadir una sensación de peligro constante la toma de decisiones es de unos pocos segundos o el protagonista morirá de maneras brutales.
El juego nos explica la historia de Lance, un chaval de IT (el informático de toda la vida) que al acudir a la llamada para arreglar un ordenador en un tétrico castillo descubre como el Dr. Nero Neurosis, un cerebro flotante, pretende conquistar el mundo. A partir de ese momento Lance tendrá que huir del castillo mientras Fritz, el ayudante jorobado e idiota del Doctor, le persigue con intención de matarle de todas las maneras posibles.
Durante la huída iremos encontrándonos con diferentes personajes con intenciones maquiavelas, entre las que destaca Vivi, una exuberante vampira de pechos bamboleantes que pretenderá rebanarte el pescuezo cuando se ofrezca a afeitarte.
El responsable del juego es Dave Quesnelle, animador experimentado y diseñador de la serie de Bitelchús, de la que el juego recuerda mucho. Y, aunque la sombra de Don Bluth sea alargada, personalmente creo que Brain Dead 13 tiene un nivel muy superior al de los juegos anteriores de ReadySoft. Y es que al abandonar el tono pulp de Space Ace por la comedia chusca (mocarros incluídos) y la violencia más salvaje del cartoon clásico lo convierte en un disfrute.
El juego tardó en salir al mercado -pese a la beta que ya se había visto- por el enorme trabajo de animación y voces que supuso, algo que se hace evidente al jugar. En España se retrasó precisamente por lanzarse enteramente doblado para así disfrutar plenamente de esta aventura interactiva.
Pese a todas las virtudes que le vimos unos cuantos en su día, Micromanía incluída -valorándolo con un 91 sobre 100 y destacando gráficos, jugabilidad y doblaje-, el juego no tuvo mucho éxito. No se si por culpa del precio (8495 ptas.) o que el público ya estaba por otro tipo de juegos. Se hizo otro intentona lanzándolo en Sega Saturn (sic!), Playstation y años después, en 2010 en formato móvil, del cuál no tenía conocimiento alguno.
Sea como fuere yo aún conservo el juego en su caja original, la cuál ha ido exponiéndose en diferentes habitaciones, y años atrás me bajé una ROM en Mac para volver a disfrutarlo una vez más. Sé que Dragon’s Lair y Space Ace son clásicos incontestables, y me gustan como al que más, pero Brain Dead 13 guarda un lugar especial en mi corazón, no sé si es por que me pirra el fantaterror, por el humor socarrón o por las tetas bamboleantes de Vivi, seguramente por todo ello. A la vista de la cantidad de Fanarts que corren por la red, parece que el juego goza de un culto que muchos creímos merecido. ¡Larga vida a Brain Dead 13!
No Comments