Alf de Juguetes VIR (1988)

Cuando pienso en un personaje que ha estado presente en toda mi infancia, pienso en Alf. El guasón de Melmac me ganó con sus chistes, su nariz de oso hormiguero y su «¡Qué bueno Willy!». Evidentemente no sólo caló en mi, ya que Alf era una estrella entre los niños generando merchandising para aburrir, e incluso dos series de animación.

Tal era mi adoración hacia el extraterrestre que durante años tuve colgado encima del cabecero de mi cama, cuál crucifijo, una foto de Alf (que sospecho que era la muestra del cuadro) y que, pese a mi voluntad de conservarla, acabó rota en una mudanza. No consigo recordar como pasó, ya que yo era muy «petit», pero un día el peluche del alienígena entró en mi vida. Mi madre asegura que fue un regalo de cumpleaños, pero también cree reconocer el peluche cuando claramente no es así. A saber. El peluche en cuestión era pequeño y al apretarle la espalda activaba un mecanismo a pila que le hacía decir:

«Me llamo Alf y quiero ser tu amigo, no hay problema.»

 

El «No hay problema» es una traducción poco afortunada de su muletilla en inglés «No Problem», la cuál nunca se usó en la versión emitida en España. Los responsables del peluche no son otros que Juguetes/Peluches VIR. Esta empresa valenciana está en mi Top 3 de empresas jugueteras del mundo mundial, sólo hay que ver sus peluches para darse cuenta del porqué. Entre su catálogo se encuentran los Osos Angelosos, los Virkikis, el Oso Goloso y por supuesto, el juguete de culto Los Temblors. El peluche de Alf venía sentado en un sofá verde con tapetes de crochet, una lata de Cola a los pies y, a un lado, un gatete que poco se parecía al de la serie.

No voy a descubrir nada diciendo que Peluches VIR son recordados por sus «versiones» de otros peluches. Yo lo quiero ver como adaptaciones ibéricas de peluches conocidos en el otro lado del charco. Los Osos Angelosos no eran más que una respuesta patria a los Osos Amorosos, los Virkikis a los Monchhichi y los Temblors a My Pet Monster, pero la compañía valenciana les añadía un plus. ¡Ya le gustaría a Mi monstruito tener el mecanismo de tembleque y ruido de los Temblors!

En el caso del peluche de Alf, cuenta con licencia de Alien Productions y la ® acompaña el nombre del alienígena. En su dorso se explica la historia de Alf, su llegada a la casa de los Tanner y lo acompaña una foto de la serie. ¿Por qué sacar a colación lo de las «versiones» de Peluches VIR? os preguntaréis. Bien, hace unos años cuando empecé en todo este mundo de coleccionismo retro a nivel pro me dio por seguir muchas cuentas americanas y descubrí un juguete que llamó mi atención: Couch Potato. Cuanto más miraba ese extraño juguete más me recordaba a algo. Ese sofá verde con tapetes… esa lamparita… esa lata de cola… ¿podría ser que…?

Sea como fuere mi Alf me acompañó a lo largo de muchos años, incluso de campamento de verano donde volvió tuerto, sin dientes y con roturas, momento en que mi madre decidió que era hora de decirle adiós. Siempre he tenido presente el peluche, pero por más que buscaba no encontraba el que yo tuve. ¡Que iba a saber yo que Peluches VIR era la clave!

Un día apareció en mi feed de Instagram el Alf adecuado, el que yo tenía, el que acabó sin un ojo. En un tiempo récord ya lo había reservado en la tienda. No negaré que pagué un precio considerable por el peluche, pero venía con su sofá y el mecanismo interior funcionando. Tiene un poco de solera pero es que los años pasan para todos, incluso para los alienígenas del planeta Melmac.

Por cierto, el cuadro no he podido recuperarlo, pero lo he sustituido por uno mejor.

¡Qué bueno Willy!

1Comment
  • Nostalgia Pop | Los Temblors
    Posted at 08:44h, 24 marzo Responder

    […] Y es que Juguetes VIR eran unos revolucionarios en esto de los peluches con mecanismos, y sino que se lo digan a Chip, el osito parlanchín. Como reza el anuncio, el oso capaz de conversar tanto rato como quieras sin que la conversa se haga monótona (sic). Otro ejemplo de peluches habladores es su Alf, del que hablé aquí. […]

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